Introducción al eucalipto en Galicia
Durante los siglos XVIII y XIX, exploradores y naturalistas realizaron audaces expediciones a Australasia, trayendo consigo una riqueza de descubrimientos botánicos que marcarían un antes y un después en el conocimiento de la flora de la región. En el centro de esta fascinante historia se encuentran los viajes del famoso navegante James Cook, cuyas travesías entre 1768 y 1779 abrieron las puertas a un mundo desconocido.
Orígenes y contexto histórico
En sus tres expediciones, Cook y su equipo exploraron minuciosamente las costas de Australia, Tasmania y Nueva Zelanda, recogiendo una gran cantidad de especímenes de plantas y semillas. Estos tesoros botánicos fueron cuidadosamente preservados y enviados de regreso a Londres, donde el Jardín Botánico de Kew se convirtió en su hogar temporal. Allí, las semillas germinaron y las plantas vivas florecieron, gracias a los esfuerzos de los botánicos y científicos que se dedicaron a su cuidado.
Uno de los nombres clave en esta historia es el del director del Jardín Botánico de Kew, Joseph Banks. Bajo su tutela, las semillas y plantas recolectadas durante las expediciones de Cook encontraron un refugio seguro. Años más tarde, en 1787, el botánico francés Charles Louis L’Héritier de Bruttelle llegó a Londres con una solicitud especial: consultar los herbarios procedentes de los viajes de Cook. Esta solicitud fue autorizada por Banks y dio lugar a la publicación de una obra destacada en 1789, titulada “Stirpes novae: aut minus cognitae, quas descriptionibus et iconibus”, donde se introdujo un nuevo género botánico: el Eucalyptus.
El descubrimiento del Eucalyptus marcó un hito en la historia de la botánica europea. Gracias a las expediciones posteriores y a la labor de otros destacados botánicos, como A. Billardière y Cavanilles, se logró describir y clasificar diversas especies de Eucalyptus, incluyendo el Eucalyptus globulus. Estos hallazgos se sumaron al creciente interés por las plantas exóticas provenientes de Australasia en los jardines botánicos de Europa, especialmente en el Reino Unido y Francia.
Desarrollo y expansión
En las décadas siguientes, los jardines botánicos europeos se convirtieron en verdaderos refugios de la diversidad botánica, exhibiendo y distribuyendo semillas y especímenes de Eucalyptus y otras plantas australianas. Esta difusión cautivó a los amantes de la naturaleza y despertó la curiosidad de propietarios de jardines y aristócratas de diferentes territorios. España no quedó ajena a este fervor botánico, y en 1855 se fundó la Sociedad Española de Aclimatación, que promovía la introducción y aclimatación de especies exóticas, entre ellas el Eucalyptus.
Hoy en día, el legado de James Cook y las expediciones científicas sigue vivo en los jardines y colecciones botánicas de todo el mundo. Las especies de Eucalyptus se han convertido en elementos icónicos de la flora australiana, y su cultivo y estudio continúan fascinando a científicos y entusiastas de la botánica. Gracias a la valentía y dedicación de aquellos pioneros, el conocimiento sobre la biodiversidad de Australasia se expandió y abrió nuevas puertas hacia la comprensión y apreciación de nuestro entorno natural.
El Conde Pontificio de Pardo Bazán obtiene, de una u otra manera, semillas de E. globulus que planta en su propiedad de Meirás (Sada), y en 1867 informa a su amigo el Conde de Pallarés sobre el buen desarrollo de los ejemplares sembrados previamente. Asimismo, el Marqués de Riestra logra que las semillas germinen en 1868 en su Pazo da Caeira (Poio), y después de siete años corta un ejemplar para presentarlo en la Exposición Regional de Santiago en 1875. Sin embargo, el naturalista Víctor López Seoane no tiene tanta suerte en sus intentos de obtener semillas de Eucalyptus globulus, las cuales solicitó entre 1868 y 1872 a Graells y al director del Jardín Botánico de Madrid, el gallego Miguel Colmeiro Penido. Finalmente, las obtiene en 1872 a través de Graells, quien las consigue a través del Ministerio de Fomento.
El interés por el eucalipto entre los propietarios gallegos queda patente en la nutrida asistencia a la conferencia titulada ‘De los eucaliptus, su importancia y grande utilidad que Galicia puede reportar de su cultivo’, impartida en noviembre de 1879 en la Universidad de Santiago por el Catedrático de Materia farmacéutica vegetal, el republicano Esteban Quet i Puigvert. Desde la década de los setenta, se llevan a cabo las primeras plantaciones de E. globulus en Ortegal por Vincente Pardo de Lama, y a principios del siglo XX su nieto, Federico Maciñeira y Pardo de Lama, introduce otras especies como E. amigdaliana, E. calophylla, E. diversicolor, E. obliqua, E. resinifera y E. rostrata. Por su parte, la familia Barro planta el eucaliptal de Chavín a partir de 1880.
Uno de los mitos más arraigados en Galicia es que los viejos eucaliptos (E. globulus) que crecen en la región proceden de semillas traídas por Frei Rosendo Salvado [1814,1900], o incluso plantados por él mismo. La relación del monje tudense con Australia comienza en 1846, cuando realiza su primer viaje al continente. Allí funda y dirige la misión de Nova Nursia (Australia Occidental), donde se conservan sus escritos, diarios y correspondencia. Sin embargo, en sus escritos de la primera etapa en Australia (1846-1865) no hay información sobre el envío de plantas o semillas a Europa. Las primeras referencias documentales datan entre 1868 y 1869, y se corresponden con cartas intercambiadas entre Frei Rosendo Salvado, su hermano Frei Santos Salvado y el comerciante Manuel García Maceira. Salvado envía desde Australia muestras de semillas y madera de color oscuro, similar al chocolate, de un Eucalyptus que se utilizaba con éxito en las curtiembres, probablemente E. Occidentalis, endémico de Australia Occidental. En algunas de sus cartas, García Maceira pone en duda que algunos de los lotes de semillas recibidas fueran de eucalipto, mientras que en otros indica que, tras su siembra en 1867, finalmente obtuvo dos individuos. También hay constancia documental de la solicitud que en 1884 realiza la corporación municipal de Santiago de Compostela a Frei Rosendo Salvado para obtener semillas del árbol de caoba australiana (E. marginata), las cuales fueron enviadas en 1885. Las primeras referencias documentales que vinculan a Rosendo Salvado con E. globulus se producen a partir de 1887, cuando Salvado asiste a la ordenación de John Ou’Reilly [1846, 1915] como Obispo de Port Augusta (Australia Meridional), quien le regala las primeras semillas del gomero azul (E. globulus), nativo del suroeste de Australia (Victoria) y Tasmania.
Usos y aplicaciones
De acuerdo con estas cronologías, cuando Fray Rosendo Salvado obtiene las primeras semillas de Eucalyptus globulus, este ya se ha extendido por toda Galicia. Así lo afirma el propio Graells en su descripción del litoral gallego, que redactó después de su visita en 1869 y publicó en 1870. No obstante, su presencia en el paisaje era poco significativa en comparación con otras especies cultivadas, como pinos o castaños, que según las descripciones paisajísticas de Planellas (1852) y posteriormente de Merino (1909), dominaban el paisaje vegetal de las áreas litorales y sublitorales. La situación cambió en las primeras décadas del siglo XX, cuando los servicios forestales comenzaron a cultivarlo progresivamente en los montes de las provincias de A Coruña y Pontevedra, acompañados por numerosas plantaciones privadas. Fue así como en 1927, Alfonso Daniel Rodríguez Castelao [1886,1950] realizó la primera crítica sobre el impacto de las plantaciones de eucalipto en Galicia, afirmando en una entrevista: ‘El eucalipto ha estropeado el paisaje gallego: lo ha desnaturalizado’.”
realiza su primer viaje al continente. Allí funda y dirige la misión de Nova Nursia (Australia Occidental), donde se conservan sus escritos, diarios y correspondencia. Sin embargo, en sus escritos de la primera etapa en Australia (1846-1865) no hay información sobre el envío de plantas o semillas a Europa. Las primeras referencias documentales datan entre 1868 y 1869, y se corresponden con cartas intercambiadas entre Frei Rosendo Salvado, su hermano Frei Santos Salvado y el comerciante Manuel García Maceira. Salvado envía desde Australia muestras de semillas y madera de color oscuro, similar al chocolate, de un Eucalyptus que se utilizaba con éxito en las curtiembres, probablemente E. Occidentalis, endémico de Australia Occidental. En algunas de sus cartas, García Maceira pone en duda que algunos de los lotes de semillas recibidas fueran de eucalipto, mientras que en otros indica que, tras su siembra en 1867, finalmente obtuvo dos individuos. También hay constancia documental de la solicitud que en 1884 realiza la corporación municipal de Santiago de Compostela a Frei Rosendo Salvado para obtener semillas del árbol de caoba australiana (E. marginata), las cuales fueron enviadas en 1885. Las primeras referencias documentales que vinculan a Rosendo Salvado con E. globulus se producen a partir de 1887, cuando Salvado asiste a la ordenación de John Ou’Reilly [1846, 1915] como Obispo de Port Augusta (Australia Meridional), quien le regala las primeras semillas del gomero azul (E. globulus), nativo del suroeste de Australia (Victoria) y Tasmania.
De acuerdo con estas cronologías, cuando Frei Rosendo Salvado obtiene las primeras semillas de Eucalyptus globulus, este ya se ha extendido por toda Galicia. Así lo afirma el propio Graells en su descripción del litoral gallego, que redactó después de su visita en 1869 y publicó en 1870. No obstante, su presencia en el paisaje era poco significativa en comparación con otras especies cultivadas, como pinos o castaños, que según las descripciones paisajísticas de Planellas (1852) y posteriormente de Merino (1909), dominaban el paisaje vegetal de las áreas litorales y sublitorales. La situación cambió en las primeras décadas del siglo XX, cuando los servicios forestales comenzaron a cultivarlo progresivamente en los montes de las provincias de A Coruña y Pontevedra, acompañados por numerosas plantaciones privadas. Fue así como en 1927, Alfonso Daniel Rodríguez Castelao [1886,1950] realizó la primera crítica sobre el impacto de las plantaciones de eucalipto en Galicia, afirmando en una entrevista: ‘El eucalipto ha estropeado el paisaje gallego: lo ha desnaturalizado’.”